DESTI[NADA]
Dejé de soñar cuando tuve doce años, han florecido y marchitado mis pupilas frente al calendario desde entonces; hoy siento el invierno instalarse en mis huesos como un día lo pensé, la soledad de aquel cuarto con olor a alcohol destinó mi cansancio.
No pretendí atrapar el mundo en un bolsillo, ni tener múltiples mensajes en la grabadora, pero una palabra -liviana- descargaría el pesode 5 noches en un incómodo sofá.
Aluciné huellas frente a la puerta sin pretender escuchar el eco de la decisión,simplemente esperé sus pisadas, pero se esfumó el reloj cuando el sol entró sigiloso.
Para qué lavarme la cara con agua y jabón en aquel cuartito , si mis ojos se adelantaron al grifo.
El viernes, ese día , mi almohada entendió que el insomnio no es sólo para enamorados ni enfermos,también, para quienes dejamos de soñar.
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Ana MercedesSerie: La pluma 11/6/06
2 comentarios:
Triste poema... me has entristecido... yo suelo pensar que esa tristeza es parte de los locos poetas... de nosotros... y la mayor parte del tiempo nos gusta estar así... nos predestinamos a estarlo...
Besos
Hola Ani!
Tus poemas, con ese dejo de nostalgia que los hacen aún más bellos. Vamos a soñar... si es necesario cambiemos la almohada por una nueva... que no decaiga el ánimo.
Besitos y abrazos!
Blanca (Venus Amore)
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